Por suerte, la psicología está cada vez menos estigmatizada y vamos normalizando el recurso al psicólogo como un profesional más que cuida de nuestra salud.
Los tratamientos psicológicos buscan cambios estables y profundos en las personas, por ello requieren de tiempo. Cada persona y problema necesitará el suyo, porque es la terapia la que se adapta a la persona y no al revés.
Seguro que te orienta saber que las primeras dos o tres sesiones son entrevistas para definir la naturaleza y alcance del problema. Tras ello, se plantea la intervención, con unos focos terapéuticos como marco del tratamiento y propuestas semanales concretas para ir consiguiendo afianzar las mejoras.
Esto suele requerir unas 15 – 20 sesiones, por lo que un tratamiento típico viene a durar unos seis meses.
A medida que vayas mejorando las sesiones se espaciarán en el tiempo y, en lugar de tener una semanal, podemos tener una quincenalmente para, al finalizar el proceso, tener sesiones de seguimiento mensuales hasta dar el alta.