No cabe duda de que las experiencias de la infancia y la estructura familiar en la que caen, determinan el desarrollo de nuestra personalidad y marcan una impronta que hay que tocar en cualquier tratamiento serio de psicología. Por eso, una intervención temprana, previene problemas futuros y fortalece los puntos fuertes de la persona y del sistema familiar.
La familia es un sistema integrado, donde el estado de cada miembro afecta al estado emocional de los demás. A veces, el tratamiento es mucho más eficaz si lo abordamos desde un punto de vista integrador, poniendo el foco del cambio en la forma de funcionar de la familia en su conjunto. Siempre desde una actitud de no juicio, de comprensión y de ayuda.
En el caso del tratamiento con niños/as, se utilizan técnicas de intervención respetuosas donde, a través del juego, los dibujos y el diálogo, se va conociendo al niño/a y su entorno. Ofreciendo un espacio de seguridad y creatividad podremos llegar a trabajar sus problemáticas emocionales y ayudarle a situarse en su zona de desarrollo.
Además, el tratamiento con niños/as requiere sesiones independientes con los padres, donde se ofrecen pautas familiares, necesarias para manejar mejor los síntomas. Como norma general, una sesión con los padres por cada cinco con el infante.
Algunas de las alteraciones en la infancia y de la familia que abordamos son:
- Problemas de conducta, rabietas, conducta desafiante.
- Problemas de control de esfínteres
- Alteraciones en el sueño
- Miedos y fobias.
- Problemas con la alimentación
- Ansiedad, tics, obsesiones, manías
- Dificultades en el vínculo, apego.
- Pérdida parental.
- Manejo de límites y el buen trato.
- Gestión de la separación.
- Afrontamiento de alguna enfermedad.
- Psicología perinatal.